lunes, 25 de agosto de 2008

Mi silencio...

LA LIBERTAD EN JUEGO
La libertad aunque sea una idea incompleta, aunque no gocemos del concepto plenamente me sigue gustando demasiado, puedo elegir que es a larga lo que importa, puedo elegir en vivir cómodamente pensando en que otros me van a satisfacer mis necesidades o puedo suponer que voy a lograr a base de mi esfuerzo todo aquello que visualizo y deseo, aunque mucho de ello tarde muchísimo tiempo en realizarse, o puedo ser un idealizador pensando en que el concepto Estado me satisfaga todas mis necesidades, que él elija que quiero y que voy a hacer, que me indique que voy a pensar y a qué me voy a dedicar en mi vida, porque como toda persona que no se haga de concepto propio aceptaré de forma automática lo que dogmáticamente me diga el gran hermano llamado Estado.
He aquí la disyuntiva de los idealistas: el Estado lo conforman el partido político que lo administra, ellos tendrán todas las prerrogativas que les dé el gran hermano Estado, y mi libertad quedará limitada, ya no podré hablar ni expresarme porque seré observado por el omnipresente Estado que no le gusta que le critiquen, y si atento contra él me volveré un peligro para el sistema mismo, me venderán una doctrina la cual me dirá que todo es mentira, el capitalismo es el gran veneno de la humanidad, aunque el Estado no ponga ninguna traba al momento de capitalizarse y de llenarse del dinero del pueblo mismo, si opino adversamente corro el peligro de desaparecer en el silencio de la noche, y mi familia correrá igual suerte.
La libertad me sigue gustando porque ofrece el único sistema medianamente funcional, aunque el mundo esté lleno de miserias y diatribas sigue siendo el único camino, el sueño de la generación de mediados del siglo pasado ya duermen los sueños de los justos, el tiempo demostró que eran imprácticos, las injusticias lejos de disminuir se han potenciado, las miserias están siempre ahí y nadie es en realidad Robin Hood, cada quien busca lo suyo, cada quien trabaja por su cuenta y al menos encuentran algo a qué aferrarse, pero aquellos soñadores utópicos que creen que instauran el paraíso en la tierra más bien son la versión moderna de aquel fenómeno de antaño que tanto les funcionó a ellos mismos: “los tontos útiles”, seamos realistas nada cuesta pretender y tener buenas intenciones, estamos ante el eventual dilema de cambiar de sistema social, no estamos eligiendo algo sin importancia, esa libertad que tanto me gusta puede morir en la rigidez de los que odian el sistema de libertades, en las manos de los que han sido históricamente intolerantes, en aquellos que dicen que ya no les gusta la violencia pero la siguen alabando y escondidamente potenciando, esa es la verdad detrás de ese sueño que a lo mejor sale más a sabor de pesadilla cuando ya no pueda revertirse.
Amo a mi país pero lo que no se logró con las armas ni con las luchas populares prolongadas lo lograrán con la estupidez de los que no piensan, de aquellos que no saben ver el alcance de sus actos, de aquellos que emocionalmente piensan que esa maquinaria política históricamente resentida y odiosa no va a usar todo su poder cuando le sea posible, aquellos que siguen pensando en la venganza como forma de hacer justicia y en la violencia como la única vía para lograr cualquier objetivo, estamos hablando de un futuro si es que tendremos uno, hay que aceptar que los ahora gobernantes no han hecho una gestión medianamente buena, pero si observamos con detenimiento veremos que lo que puede venir será más amargo que la amargura que ahora sentimos, ellos no son los mas adecuados para darles tal poder, qué cree que haría un adolescente si le damos el gobierno de un país, sacaría todo aquello que como adolescente está supuesto a hacer, sería irresponsable, se gastaría todo el dinero en sus manos, malgastaría todo sus recursos y al final pero muy al final se daría cuenta de sus errores, quizás cuando madure si es que madura; así es esa corriente política que siempre ha existido en mi país, siempre con ese deseo interminable de alcanzar el poder, porque a pesar de tener muchos años en la escena política sigue siendo un adolescente en el planteamiento de sus postulados, si ellos ganan no se quejen porque como todo adolescente no le podemos pedir que madure, sino que debe de actuar de acuerdo a su estado emocional y muy al final todos aquellos que confían en ellos verán el alcance de haberles dado ese poder que tanto sueñan en ostentar y perpetuar.
Ezequiel Méndez
soundmute@ezequielmendez.info
http://soundmute.blogspot.com

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