viernes, 22 de mayo de 2015

LA ETERNA IZQUIERDA SALVADOREÑA



En la política salvadoreña siempre existen aquellos que dentro de su militancia ya convertida por los años en extremismo que no soportan la crítica, muy pocas veces caigo en la seducción de discutir con extremistas, que más que la clásica discusión caemos incluyendo yo en discusiones estériles en los eternos desmerecedores de toda crítica, el izquierdista salvadoreño siempre se ha distinguido por su eterna cerradez mental a la hora de hacer análisis someramente honestos o en los cuales se pueda llevar a argumentación hasta niveles académicos, siempre éstos terminan haciendo lo que por antonomasia han hecho: destruir… a fuerza de vociferar, de desmerecer, de contra argumentar sin  bases más que la propia simpatía política porque no entienden que el mundo dicotómico de hace 40 años cuando el que el “imperio” era la fuerza a vencer, y que la malvada oligarquía y los demás nombres peyorativos que ahora se llaman “champeros” y miles de referencias al desprecio por una derecha que a fuerza de ser sinceros aún contra todo pronóstico aún existe y sigue teniendo en términos estadísticos de un 49,9 a un 50% de la fuerza electoral, muchos emigraron a EEUU lugar obvio de donde muchos de nuestros compatriotas se marcharon huyendo de la guerra a finales de los 70s y 80s; éstos se mantuvieron como la vieja guardia de ayudas llamados “solidaridad” inmersos en el sistema que alguna vez declararon combatir e incluso empuñaron las armas para enrolarse en las “luchas populares de liberación”, estos son los salvadoreños (más graciosos) porque viven en un sistema que de forma sencilla juraron combatir pero se nutren de la productividad y de la gran opción y ofertas de dinero que existen en la gran potencia estadounidense.

Cuando se burlan de mí y me llaman estúpido y me juzgan de escribir estupideces y de llevármela de analista… bueno eso hago, desde un periódico, desde una revista digital, o desde mi propio perfil de Facebook, me gusta el libre mercado, soy abogado de profesión y escritor por vocación, nunca he comprometido mi ideas a alguna de las extremas, pero ataco a quien en su momento haya que hacerlo; para empezar hay que cuidar las palabras y lo digo por mí mismo que muchas veces me extralimito y digo cosas que pueden parecer hirientes pero la verdad de la misma forma recibo el mismo trato y amor de los eternos izquierdista radicales que como la inteligencia de los viejos países comunistas del pasado callan cuando se quedan sin contraargumentos con cuales dar soberanía a sus ideas, eso es lo que más me hace seguir escribiendo, observar lo horrores de ortografía que acompañan a éstos seres que aún creen tener un fusil con cual amedrentar a los que divergen de ellos, a aquellos que desde el insulto creen haber ganado más que una risa cuando una persona medianamente pensante descubre el error de su argumento ya sea una falacia o desde una mentira que ayude a difundir su “catequismo izquierdista” ahora en pleno siglo XXI pasado de moda y hasta obsoleto.

La eterna izquierda lejos de aplicar sus propios argumentos filosóficos simplemente los ignora: en lugar de dar un salto cuantitativo en uno cualitativo simplemente se han enquistado en un sistema que aprendieron a vivir, como los parásitos intestinales aprendieron a ser un invitado invisible y a sobrevivir  calladamente, son tecnológicos, aunque odien el capitalismo pero si usan el dinero que encuentran en el sistema que alguna vez juraron destruir, muchos de ellos ahora diputados y políticos que ya rondan los 60 y 70 años viven en zonas exclusivas que en el pasado mediante comandos urbanos enviaron bombas o atacaron de forma frontal, muchos de ellos conservan las ideas y siguen usando el mismo discurso, pero viven como lo que odiaron combatir podríamos decir que tenemos un tipo de “rebelde contestatario revolucionario pero con dinero” un revolucionario moderno que le importa un bledo las clases desposeídas pero si le importa tener y vivir sin carencias de su amada clase desposeída, podríamos decir usan a la oligarquía de enemigo aunque les toque ser vecinos de ellos… así es el tópico de la apestosa y cloaca llamada política salvadoreña, la izquierda en este caso es el tema de mi escrito, en otro también prometo hablar de las trasnochada y arcaica derecha la cual tienen mucha tela para cortar también. Por hoy les envío un saludo a la vieja clase revolucionaria que sigue pensando que la revolución será el mesías social e impondrán la añorada, difícil y soñada “dictadura del proletariado”…

EZEQUIEL MENDEZ
ANALISTA POLITICO

martes, 10 de marzo de 2015

5 CARACTERISTICAS DEL FANATICO POLITICO



En los últimos 20 años me he encontrado con muchas personas de todos los espectros políticos posibles, muchos de ellos y ellas muy brillantes y aunque con algunos(as) no he coincidido no quita que han sido además de ejemplares muy respetuosos(as), tanto en mi país EL SALVADOR como en la diáspora he encontrado personas letradas y muy claras en sus concepciones políticas, quizás lo gracioso ha sido que a los que a veces les encanta irrespetar y hasta menospreciar han sido de personas que son mi familia o personas allegadas; lo paradójico es que muchos elementos que voy a enumerar se dan sin un orden específico pero aparecen de alguna forma u otra:

El apóstol del insulto: Para muchos radicalizados, en el que el mundo sólo existe su concepción política no queda más que encontrar el insulto adecuado, una vez el insulto ha salido, y lo han difundido poco importa que dicho apóstol quede como un imbécil ya que el único placer ha sido insultar, sentir que le has ganado la moral al contrario aunque muchas veces salga más del hígado que de razones o de ideas que puedan contrastarse, debatirse o hasta convencer con un mínimo de respeto; éstas personas tal cual similar al pobre perro ladran pero no por ladrar sino para insultar, el insulto es la forma natural en que demuestran la poca cultura política y la ignorancia, ya que el que de verdad quiere que sus ideas se difundan busca la forma de hacer que sus plataformas y concepciones políticas se popularicen de forma positiva nunca como borracho en una cantina, el apóstol del insulto siempre busca herir susceptibilidades porque así en su mundo atrasado gana aunque en realidad pierda credibilidad y hasta el respeto de quienes lo ven como insulta e intenta lastimar a sus adversarios con sus burlas.

El bufón: Es aquel que dentro del mundo político sólo hay un camino: La burla, llama a todos ignorantes, todos los adversarios son homosexuales, y las mujeres lesbianas, si alguien comete un error hay que recordárselo siempre aunque en el camino el bufón comete los mismos y hasta más grandes que a los atribuidos a los demás, adicionalmente es el primero en buscar cómo satirizar al adversario, su mundo gira alrededor del desprestigio que hay que maximizar con la burla, es por decirlo el sátiro romano pero en nuevas versiones modernas, si puede utiliza la tecnología para buscar cómo hacer rumores e inventar total lo que busca es satirizar aunque tenga que inventarse el contenido de cualquier idea su único objetivo destruir a sus enemigos o adversarios políticos. El bufón es tan pernicioso como el apóstol del insulto pero elige la burla no el insulto como camino para expresarse.

El activista sin fin: Este es quizás el que lleva una vida más enfocada a diferencia de los otros anteriores busca formas más pensantes de hacer llegar sus ideas, busca a sus amigos y circulo de familiares cercanos para difundir su evangelio político, busca adoctrinar a como dé lugar, habla en el trabajo, en cualquier lugar que se lo permita, aunque es más respetuoso siempre puede llegar a convertirse en los dos anteriores si pierde los estribos, vive en una lucha constante y vive apasionadamente su vida política aunque es una persona extremista y su polarización es tal que toma las cosas políticas a niveles hasta personales afectando su familia y amigos que lo ven boquiabiertos como vive sin fin en un activismo comprometido sin límites que puede incluso costarle más que alguna que otra discusión sino se alinean a sus fanatismo y puntos de vista.

El despreciativo: Este por lo general encuentra en el desprecio su tabla de salvación política, ya que no tiene porque enfrentar a nadie ni a nada, simplemente cuando no encuentra bases para sustentar sus ideas inicia lo que yo llamo “el modo desprecio”, y por medio de un desprecio desmedido desmerece a sus adversarios, siempre vive viendo con ojos de desmerecimiento a los demás, aquellos que piensan como él son personas sinceras y buenas, los demás son tontos y enemigos potenciales, ya que los adversarios por el solo hecho de serlos no merecen ni siquiera el respeto, son en realidad una buena masa de las bases porque ignorando y siendo ignorantes son más útiles y fácil de manejar a nivel político e ideológico.

El pendenciero o cabeza caliente: Este es el más peligroso de todos porque lleva otros niveles lo que de por sí debería de ser una diferencia política o ideológica, siempre hay personas que están dispuestas a cruzar la raya de la sensatez y por “amor al partido o idea política” son capaces de hacer verdaderas estupideces y barrabasadas, éstos son el brazo “valiente y duro” porque son capaces de trasgredir y de hacer daño sin que medie algún tipo de remordimiento, de todos los mencionados éste es el más dañino y poco productivo porque a pesar de ayudar en un inicio se convierten en una carga pesada cuando las instituciones políticas-ideológicas tienden a apartarlos para no tener que lidiar con sus formas de buscar problemas.

Si viste a alguien o mentalizaste a alguien es porque las personas viven la política y mucho, es una sociedad dividida en extremas itinerantes y distintas, pero que tienen adentro de sus filas personas que como antes describí a verdaderos fanáticos ya que su extremismo y polarización es casi total, estas características es patrimonio de toda Latinoamérica, porque vivimos en sociedades que usa la política para aventajar a sus actores y para utilizar a quienes los llevan a sus cargos, por ello identificar y apartarse de estos personajes se hace cada vez mas mandatorio, por sanidad mental y porque no merecemos ni burlas, ni violencia, ni insultos ni nada que nos haga desmerecer a nuestras ideas políticas e ideológicas.

SALVADOR EZEQUIEL MENDEZ
 LICENCIADO EN DERECHO
ANALISTA POLITICO
@ezek71 twitter