sábado, 23 de agosto de 2008

El mudo enseña..

RADIOGRAFÍA DE UN SALVADOREÑO
Cada día miles de personas salen a trabajar con las esperanzas de un mañana más certero que del presente que tienen, miles de personas trabajan sin pensar demasiado, buscan la forma de salir adelante, el salvadoreño es así, busca su comida, vende de todo, se las arregla para mantener lleno el estómago aunque sea con tortillas y queso duro, es analítico siempre dice lo que piensa de política, de fútbol, de deportes, de medicina y hasta te dice alguna que otra receta popular, es médico porque medica sin pensarlo demasiado “si te sale varicela hay que bañarse con hojas de ciprés” por decir un ejemplo cualquiera, predice el futuro cuando opina: “si sigue esto así va a pasar esto o lo otro”, es meteorólogo: “si ves nubes oscuras hacia el sur seguro que va a llover”, cuando tiembla te dice con exactitud la medida del temblor en escala Ritcher, porque nos hemos convertido en una amalgama de todo, a la vez que a pesar de las crisis esté siempre atento a cualquier eventualidad, cuando se va para el Norte no se olvida de sus seres queridos y cada mes envía el pistío que tanto ayuda a su gente, aunque no tenga el mejor vocabulario del mundo siempre se las arregla para que lo entiendan, hasta con señales pero de alguna forma le van a entender.
El salvadoreño ha sido artista históricamente porque le gusta más que lo entiendan manchando alguna que otra pared, cuando sabe que lo van a joder mejor se hace el maje, o si sabe que lo que va a decir lo compromete mejor se hace el “mudo” y aunque se muerda la lengua mejor se calla, por eso las memorias de cualquiera la recordarán su familia porque hereda chistes, situaciones cómicas que son del dominio familiar, nos encanta burlarnos de todo aquello que nos haga más salvadoreños, se burla del campesino por su léxico, se burla de los gordos, de los secos, de los que tienen alguna característica física sobresaliente, ama su comida, sus frijoles fritos, sus tortillas y cómo no las pupusas que son su signo gastronómico particular y que más lo define, el salvadoreño es en particular una forma de ser, somos los vergones de los vergones, aunque no siempre triunfe al final le queda la sensación que él fue el mejor, porque es parte de la identidad misma, ser salvadoreño es una forma de vida más que una nacionalidad.
Le encanta beber desde el chaparro pasando por  pilsener, bueno algunos llegan hasta el tic tac, todo lo que embriaga le gusta, porque sólo así se saca el aburrimiento, aunque no todos llegan a las grandes ligas pero si se descuidan termina “cuneteando en alguna esquina”, el salvadoreño tiene la más alta densidad poblacional de Centroamérica porque no juega siempre tiene a su mujer preñada, porque le encanta la forma de hacer cipotes (claro está por vía natural) aunque después se lo lleve quien no lo trajo para mantenerlos (si es que es responsable) porque fácilmente se hace el suizo y deja su apellido por todos lados en donde ha andado de novio, ésta radiografía del salvadoreño es porque no tenemos otra cultura, heredamos esto desde que somos cipotes, es lo que llevamos en nuestras venas si alguna característica te hizo reír es porque a lo mejor te identificaste con eso, pero no importa ¿porqué sentir vergüenza de lo que somos?, ser salvadoreño es una marca registrada y si a los demás no les gusta allá ellos, porque de todas formas no pensamos en cambiar algo que ha sido siempre de nosotros y no cambiará.
Ezequiel Méndez
soundmute@ezequielmendez.info
http://soundmute.blogspot.com

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