miércoles, 16 de septiembre de 2009

EL SILENCIO DE LAS PALABRAS...EL PAIS EXTORSIONADO


El PAÍS EXTORSIONADO


El lugar que me vio nacer, es por hoy un sitio inseguro, secuestrado por sus propios fantasmas; para aquellos que no lo saben yo nací en Izalco un pequeño pueblo del Occidente de un pequeño país llamado El Salvador, luego de una historia difícil y llena de conflictos ha sobrevivido no sin antes seguir un destino sangriento, la guerra civil se fue, pero le sobrevivieron aquellos que hicieron de la delincuencia común una forma de ser, aquellos que se marcharon al gran país del norte encontraron a pandillas hasta cierto punto inocentes las cuales las transformaron en verdaderas estructuras inhumanas y sangrientas y luego las traerían de regreso para formar a las temidas “maras”, un país en el que cada día mueren personas víctimas del irrespeto a la vida, morir es nuestro destino pero nadie quiere hacerlo de forma violenta.

Cuando vemos la actualidad de mi país encontramos a verdaderas estructuras delincuenciales que nacen, se reproducen y sobreviven en la raíz de la sociedad misma, la falta de oportunidades hace que miles de personas emigren en busca de mejores condiciones sociales y económicas, lo que hace que los se queden busquen una forma de sobrevivir ante un panorama tan árido como lo es el salvadoreño, para miles de personas el trabajo informal es la forma más digna de hacerle frente a una realidad dura y obtusa, para otros la delincuencia es el justificativo de existencia y si para lograr sobrevivir hay que asesinar poco les importa y muchos caen víctimas de esa mentalidad la cual genera inseguridad y miedo en las personas que deben de enfrentar el cada día a veces sin tener lo suficiente para sobrevivir, hay que aceptarlo nuestro país es un  país extorsionado: extorsionado por delincuentes que cobran a quienes son productivos, extorsionado por unos pocos que hacen de un arma una forma de intimidar a quien dignamente genera y se le es quitado lo poco que logra, extorsionado por políticos que sólo piensan en sus grupos y partidos que le compran la voluntad a base de dinero, por corruptos que venden la integridad por una dádiva a veces pequeña comparada con el daño que generan a toda una sociedad.

El Salvador de antaño uno de los países más productivos de Centroamérica es por hoy un lugar sitiado por una delincuencia cada vez mas descontrolada, aquellos que sólo satanizan todo no ven que el noble pueblo trabajador resiste a la incompetencia política de sus gobernantes, a la inseguridad jurídica que defiende muchas veces más a los delincuentes que a las víctimas, y a una sociedad que calla sus propias barbaries económicas, en donde el consumismo genera personas que no cuidan el poco ingreso que generan y lo consumen en cosas intrascendentes, el pueblo es el verdadero héroe de una historia contradictoria, sus políticos dicen protegerlo pero los impuestos siguen estando arriba de un 10 por ciento mientras el desempleo siempre estará arriba de una cifra de dos números, el país sigue extorsionado por aquellos que implementan medidas económicas erradas y aún siguen testarudamente golpeando a quienes no saben economía y sin embargo saben cómo generar recursos en un mundo cada vez más escaso de oportunidades.

Si en lugar de enseñar productividad se enseña burocracia partidaria, política y sectaria, qué podemos esperar de un futuro que es cada vez mas sombrío, si cada día los asesinatos se cuentan como monedas, si lo que está mal no es culpa de nadie porque los políticos se encargan de que esa idea se acepte sin crítica, si queremos empezar a salir de la extorsión hay que tener en cuenta que lo que nos hace estar atrás siempre es la falta de voluntad de cambiar, el cambio no nace de pensadores políticos con el maquiavelismo en sus mentes, sino de aquellos que no toleran la mediocridad tan ampliamente aceptada por muchos, si de verdad queremos salir de ese momento tan crítico nuestro debemos aceptar nuestros errores estructurales, muchos estaban acostumbrados a que les mandaran dinero de EEUU y se convirtieron en parásitos económicos, ahora prefieren robar que trabajar, otros hacen de la trampa una forma de ser, y otros se largan dejando una vida que quieren olvidar, ¿qué nos queda? La valentía de un pasado que debemos retomar para superar los retos históricos, nuestros ancestros lucharon contra muchas adversidades y sobrevivieron, así nosotros debemos de reinventarnos, iniciar por cambiar nuestra pasiva mentalidad por una más pro activa, trázate metas y síguelas, muchos salieron adelante aún en los peores momentos, es el momento por revisar qué hacemos mal, qué hacemos a medias y qué medidas debemos implementar para salir de nuestra propia ineptitud, nadie excepto nosotros mismos podemos cambiar el destino, si otros pueblos pudieron ¿por qué el salvadoreño no puede? La respuesta está dentro de tu corazón, búscala y aplícala sobre todo ahora que es cuando todos debemos unirnos en una misma idea y buscar soluciones.

Ezequiel Méndez

http://soundmute.blogspot.com/