Después de 2
años y 9 meses de ejercer el poder en El Salvador el hoy partido de gobierno se
vio quizás en el momento más importantes desde que lograron la primera
magistratura; El FMLN tuvieron que enfrentarse no contra algún enemigo político
sino contra quienes le habían dado su mayor fortaleza: El voto popular, de este
ejercicio habían logrado con el paso de los años convertirse en un sólido
partido de oposición y según el devenir de los tiempos lograron no sin una lucha
cerrada alcanzar la presidencia de la República, de ahí las cosas cambiaron: en
su interior que mostraba sectores aún no adheridos totalmente a la línea de sus
bases un fenómeno que terminaría por distanciar a quienes ejercían
diametralmente el estilo político: unos con todas las prerrogativas que
significa ser un político con su situación económica resuelta y por el otro
lado los que forman las bases que lejos de estar bien pasaban y sufrían las
mismas situaciones que cualquier persona en nuestra caótica y disfuncional
economía; de ahí empezaron a sentirse voces de descontento al interior del
partido de izquierda, sobre todo de aquellos que no han logrado hacer sonar sus
voces en la dirección del partido mismo, que insiste en mantener una línea dura
y la ortodoxia como eje de su política central, mientras que los renovadores
aún estando callados y maniatados siguen sin sentirse representados o tomados
en cuenta dentro de la directriz del partido de gobierno.
Al contrario
ARENA cuando perdió las elecciones presidenciales y luego en el revés de las
legislativas que perdió una gran cantidad de diputados que se fugaron y
formaron lo que ahora son de forma
sorprendente tercera fuerza: GANA, parecía que tenía un panorama político
sombrío y sin muchas ambiciones de cara de un desgaste de dos décadas ejerciendo
el poder y de que en aquellos momentos los número no eran nada alentadores,
muchos los dieron por perdidos y el pueblo en su sabiduría otorgó la
alternancia en el poder para que el Frente tuviese la oportunidad de ejercer
una nueva etapa dentro de su historia política: la de Gobierno, de ahí
comenzaron a converger varios intereses y el presidente electo: Mauricio Funes
tuvo que lidiar con la ortodoxia y las ideas más radicales de aquellos que
tenían una cosmovisión propia y de una agenda en la cual la democracia era no
más un medio para alcanzar lo que ya en suma habían alcanzado: el poder, lo
demás era simplemente ejercer y moldear el Estado de forma tal que siempre
tuviesen ventajas ya como proyecto político o como un actor social en la cual
la ideología debería convertirse en realidad de lo que en el pasado habían perseguido
en una lucha tanto armada, social y política.
Pero la
realidad superó a la ficción de sentirse sólidos y sin amenazas, la arrogancia
de los dirigentes del partido de izquierda les pasó la factura, aunque una
parte sabían que no podían presuponer que el pueblo es poco inteligente, los
renovadores sabían que podía pasar y el mismo voto que les dio la oportunidad
de gobernar ahora pasaba factura quitándoles diputados, y muchas de las
alcaldías símbolos del partido de Gobierno pasaron ahora a manos del partido de
derecha: Apopa, Mejicanos, Soyapango, Ilopango, San Martín,
Tonacatepeque y Ayutuxtepeque sin embargo el partido de izquierda mantuvo a Santa Tecla, Cuscatancingo, Ciudad Delgado, San Marcos, y se impuso en Nejapa, que gobernaba ARENA, lo que en
realidad nos da un contraste de resultados: El Frente que luego de crecer ha
decrecido y ha perdido sus símbolos de gobierno municipal y en términos
generales la algarabía que le dieron los dos últimos eventos electorales suena
a amargura, a autocrítica y de reinvención.
Los resultados hablan por sí mismos: El
frente ha tenido la lógica embriaguez que el poder ofrece y ha dejado un poco
en el tablero las necesidades de todo un pueblo que agradece pero también
recrimina, las mismas bases que le constituyen han tenido contrariedades a lo
interno y ha habido luchas intestinas que llevan ya décadas al interior de su
estructura, por el otro lado los favorecidos tienen una gran responsabilidad
porque si no hacen bien su trabajo volverá el voto del pueblo que soberana y
sabiamente ha emitido un juicio crítico a sus políticos: Una asamblea clientelista
e intrascendente, un gobierno que no escucha el clamor de la inseguridad y de
la delincuencia extrema, grupos antisociales que tienen en velo el alma de un
pueblo trabajador son en suma algunos aspectos que quedan como prioridades no
el contenido exegético de nuestra constitución o leyes secundarias, es el fondo
lo que ahora deben como lección asumir ambos bandos, unos golpeados y otros
contentos pero en medio está la voluntad popular, la que al fin y al cabo debe de
escucharse. Las elecciones de El Salvador del 2012 nos dejan claros mensajes:
Gobierno mejora tu gestión, oposición tienes nuestra confianza, y aquellos que
aún quieren encontrar culpables deben de iniciar una profunda introyección y
una honesta reinvención, todos hemos tenido nuestro aporte: como pueblo debemos
de entender lo que nuestra incipiente democracia nos deja como lección: “El
pueblo siempre tiene la última palabra.”
Ezequiel Méndez
ezek71@soundmute.co.cc
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