domingo, 23 de febrero de 2014

CUANDO LA EMOCIÓN CIEGA A LA RAZÓN.



Cuando hay un debate siempre suelen oírse ambos lados del espectro y los que asisten al mismo sacan posteriormente sus conclusiones, si es intelectual las personas pueden escribir mediante escritos manifestar sus ideas y luego de exponer sus argumentos la contraparte hace un contraargumento y así se hacen los debates que bien le hacen a cualquier sociedad ya sea la de un país, o intelectuales como las universitarias, o de los colegios y escuelas, o de índice civil incluso políticos; el problema es cuando se llega al nivel de polarización como la que ha alcanzado ese pequeño pero violento estado centroamericano llamado El Salvador, con casi 193 años aún no estamos consolidados como una sociedad avanzada sino todo lo contrario, hemos tenido una historia álgida gobernada por una clase política realmente sinvergüenza y saqueadora, los medios los cuales son los que mantienen un meta poder siempre han caído en las manos de sectores antagónicos y mutuamente intolerantes, los cuales no se soportan pero no pueden vivir el uno sin el otro.

El Salvador es una mezcla de pólvora y docilidad, ambas se mezclan formando a un ser humano trabajador, batallador, necio, empedernido, machista pero que puede coquetearle a la violencia con suma facilidad, por eso cuando el salvadoreño piensa lo hace en término dicotómicos: claro – oscuro, bueno – malo, derecha – izquierda, y cualquier cosa que pueda categorizarse en dos opciones fácilmente identificables, porque es tan falto de creatividad históricamente que así ha sido manejado más fácilmente por sus políticos los cuales si conocen la realidad y se preparan de una forma tal que estudian a éste pobre ser manipulado por las extremas, por oligarquías cerradas e intolerantes, por revolucionarios violentos e intolerantes, por muchas hierbas de muchos sabores, desde que las potencias se dieron cuenta que el país más densamente poblado de América debía de tener gobiernos ante la incapacidad de los mismos de ponerse de acuerdo, fue invadida por la naciente México y hasta que EEUU y su corriente de pensamiento entró en los gobiernos de una burguesía criolla que no supo hacer bien su transición de aquel pseudo feudalismo a la actuales realidades económicas de nuestra patria saqueada por transnacionales ya sea de origen norteamericana hasta la actual de transnacionales de inspiración izquierdista como lo ha sido el famoso ALBA que hay que identificarla como una con aroma propio a la “salvadoreña”, ambas se llevan sin darse cuenta nuestra productividad haciéndonos pueblos consumistas acéfalos y faltos de personalidad para enterarse que nos venden una versión barata de “pan y circo” y nos idiotizan con tal de mantenernos con la atención en los temas menos trascendentales, así los gobiernos han robado sin sentir la más mínima empatía por el pueblo al que le roban y le quitan sus cosas ganadas por esfuerzo y dedicación. (ojo no importa que de lado del espectro sea ambos una vez en el poder son unos grandes ladrones porque el poder seduce voluntades, compra conciencias y sobre todo da mucho vigor para aquellos que hay que mantener callados…)

Recibimos la guerra fría y de nuevo los salvadoreños se polarizaron e iniciaron una guerra civil que nos costó más de una década transitar con todos los muertos que se fueron en el transcurso de la misma, la emoción desmedida de nuestro pueblo hizo que nos manejaran como marionetas al ser tan faltos de criterio nos ganaron de nuevo la voluntad nos hicieron que nos matáramos, en el pasado las élites sociales manejaron el mismo concepto callando a los que de alguna forma protestaron, y ante la facilidad de caer en extremismos hubieron matanzas terribles como la de la revuelta campesina de 1932 en donde más de 30,000+ campesinos fueron asesinados y si le sumamos los más de 70,000+ de la guerra civil más de 100,000 salvadoreños han muerto por la falta de capacidad de evitar las ideas polarizadas y por la incapacidad de nuestra clase política de ver un destino común y una patria que amar y proteger.

Luego de la guerra nos vinieron otras pestes aún más nocivas y peligrosas “las pandillas” que en Los Ángeles California habían existido por décadas, éstos no supieron de unos jóvenes refugiados que venían a principios de la décadas de los 80s en los cuales no era impresionar a nadie sino actuar … habían vivido el horror de los abusos de una guerra real y se encontraron en un caldo de cultivo para volverse fuertes, haciendo del acto de delinquir una palabra realmente suave y se convirtieron en verdaderos expertos en el crimen, acuñando la palabra salvadoreña “MARA” bautizaron lo que ha sido uno de los castigos más crueles que hemos tenido de las postguerra media vez pasada la guerra empezaron a deportar la inmensa cantidad de salvadoreños que habían llegado no sólo a vivir sino hacer del crimen y la delincuencia su forma de existir, y el gobierno de los EEUU nos mandó de regreso a verdaderos criminales que no sólo llegaron a inyectar miedo y zozobra sino a castigar al ya sufrido y destruido pueblo salvadoreño, de nuevo ante la falta de apertura nos vimos de nuevo inmersos en personas intolerantes, violentas, delincuentes de altos quilates que no han robado miles de vidas en una guerra propia en la que la mara 18 se mata con la 13 y entre ellos han reclutado, cegado vidas, han matado, ha extorsionado y convertido a nuestro país en un país secuestrado de una realidad nada alentadora a otra desconsoladora.

Somos un pueblo sumamente emocional y nos hacen ganar una posición de forma mental, nos ganan la simpatía con cosas inocentes, nos segmentan en un lado de una posición…nos dicotomizan así nos manejan al polarizarnos mentalmente o eres un burgués o un proletario,  nos venden que el mundo está compuesto de dos opciones y como buen salvadoreño(a) debemos de tomar una para continuar siendo un(a) borrego(a) más dócil de manejar, así de sencillo ese el problema de ser tan emocionales, nos tapan los verdaderos motivos y nos empoderan a ponernos a pelear para desgastarnos de tal forma que hemos estado distraídos peleándonos mientras los políticos manejan nuestros destinos y los temas importantes quedaron en el sueño de los justos, entre mas distraído estés más sencillo será gobernar a un pueblo que no se culturiza, que no entiende en que la educación está la productividad, en la tecnificación, en el trabajo individual el cual nadie puede hacer (otro problema que las remesas han potenciado a una clase acomodada que ha nacido, una nueva generación de jóvenes que reciben dinero todos los meses con lo cual ser productivo deja de ser algo mandatorio) así muchos de los jóvenes son más débiles a recibir esa incepción ideológica polarizándolos volviéndolos carnes de cañón cuando sea necesario, y de nuevo la emoción nos roba la capacidad de razonar sobre todo cuando es tu misma realidad la que está en juego.

Ahora estamos de nuevo divididos en una lucha mediática y política en la cual de nuevo los viejos enemigos vuelven a pelearse como es costumbre cada 5 años, de nuevo las emociones están desbordadas de ambos lados, ambos están en pie de lucha, la izquierda triunfalista por los resultados de la primera elección, y la derecha fragmentada casi noqueada por haber hecho una campaña mediática equivocada, por no adecuarse a las nuevas realidades de un país cada vez más extremista, muchas cosas siguen siendo iguales… Somos un pueblo emocional, con memoria corta, con una gran necesidad que nos vendan espejitos por oro, un pueblo que no razona porque su clase política lo induce a tenerlo ocupado en guerra perenne y así quien se desgasta es el pueblo no ellos que con su imagen de “redentores” se llevan nuestros impuestos, nuestra productividad y sobre todo nuestras capacidad de generar y ser proactivos…

¿Hasta cuando el salvadoreño se liberará de su propia clase política, maquiavélica, indolente y sobre todo demagógica…? No lo sé pero es tiempo de empezar a pensar, a razonar y que no nos vendan atol con un dedo…

Salvador Ezequiel Méndez
@ezek71 (twitter)
ezek71@gmail.com

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