Para entender el contexto primero hay que definir que estamos enmedio de una pandemia que tomó por asalto al mundo entero: el virus COVID-19, ha hecho de las economías del primer mundo tambaleen, los sistemas de salud han colapsado y ha hecho que la humanidad entera pueda replantear sus prioridades ante una emergencia sanitaria de esta magnitud, en algunos países como El Salvador, en general Centroamérica y el Caribe como República Dominicana, enfrentar dos frentes: el sanitario impactado directamente por la pandemia y el político-económico que con su inmensa influencia se niega a ver la tragedia que el más afectado tiene que vivir: el pueblo.
Después de meses de confinamiento, de cuarentena que se han convertido en el doble o triple de lo esperado, hay sectores que empiezan a proponer la reapertura económica, tema sensible, porque implica que los actores del concierto económico se siente amenzados ahora que han pasado meses y el desarrollo de la enfermedad sigue siendo alta, proponen que se siga un 'protocolo' sanitario 'seguro' 'excelente' y que garantice que no van seguir los contagios, falacias técnicas para esconder que no existe protocolo seguro ni excelente ni garante de nada, estamos ante un patógeno altamente contagioso, y que el sector productivo en este caso en su deseo de salvaguardar sus intereses económicos prefiere sacrificar al más débil de la cadena productiva: el pueblo.
Hay una máxima que los que proponen la apertura económica olvidan : ' La economía es el acto de manejar efectivamente recursos escasos' pero detrás de ese concepto hay que hacer una pregunta: ¿Quién es el que maneja los recursos? La respuesta más sucinta es el ser humano, pero ese ser humano se divide en clases sociales y resulta que esas clases a la vez responde a una división más específica: los que manejan, ostentan y tienen medios de producción y por el otro lado tenemos a lo que únicamente pueden ofrecer su fuerza de trabajo, ante ello obviamente los que administran los medios de producción serán quienes en su influencia social van a responder a sus intereses y van a luchar porque estos primen ante cualquier controversia y la actual es el hecho que la economía está en un laberinto precisamente porque la pandemia ha puesto de rodillas al mundo entero, no solo aquí sino en todos lados.
La pandemia tiene fases 6 de las cuales ya hemos vivido 3 dicha fase es la más sensible porque el contagio es comunitario, ya el patógeno está geográficamente localizado y hace que todos sin excepciones estén a merced de un posible contagio, aquí los que saben del tema recomiendan distanciamiento social y que las personas eviten cualquier contacto con los actores sociales en otras palabras el confinamiento que para muchos ya es excesivo, pero ante un virus sin vacuna, sin alguna medicina que lo ataque directamente es el paradigma más difícil de enfrentar ¿Reabrimos la economía a sabiendas que miles de personas van a estar expuestas a un virus en el momento más delicado de contagio? Ahora la respuesta depende de quien la haga: Si la hace el sector de quienes poseen medios de producción y sus títeres los políticos puede que su respectiva respuesta será obviamente que si, para ellos las personas son simples números que ante su eventual fallecimiento puede perfectamente ser reemplazado por otra personas más (lo único que quizás se les olvida a quienes piensan así es que ellos no están exentos de caer ante el posible contagio y como ser humano es tan vulnerable como cualquier otro) y si la respuesta viene del otro lado que es la clase trabajadora puede que con matices diría también que si pero para buscar su subsistencia, a este le interesa su salud no la economía, le interesa sobrevivir él y su familia, no los intereses económicos del gran capital que muchas veces son diametralmente opuestos, a unos que los medios vuelvan a generar rédito, obviamente también genera trabajo y productividad pero esta vez está un factor definitorio: 'La economía se basa en humanos y sin ellos no puede haber economía' Idea que se ignora, se pone de lado y se olvida con tanta facilidad que genera hasta molestia en personas humanistas que pensamos que ante todo y antes de todo está el ser humano, preservar su vida, su salud y su bien es el gran fondo de todo ser que comparte el humanismo como premisa.
Las condiciones actuales no son las más adecuadas para reaperturar la economía puesto que no hay garantías sanitarias de que las personas no van a estar en peligro, las personas sobre todo las más humildes no saben cómo aplicar protocolos sanitarios a puras penas pueden entender la cruda realidad ante este patógeno cruel y peligroso, entienden que es peligroso pero no saben ni entienden que se debe hacer para protegerse ante escenarios de contagio, además no tienen recursos para comprarse los utensilios sanitarios para enfrentar a la enfermedad los tapabocas, guantes, lentes y demás cosas sanitarias no están al alcance de un presupuesto pírrico y la gran masa de desempleados prefieren invertir los recursos ahora más escasos en su alimentación y subsistencia.
Abrir la economía es casi un suicidio masivo, hay que dejar que la fase se agote y entren las fases siguientes, por empatía, por humanismo, por lógica no porque el gran capital ante el temor real de conocer la bancarota prefiera sacrificar empleados en nombre de salvar la economía, eso no procede es una quimera la economía solo se puede abrir cuando la pandemia se reduzca y se llegue a la inmunidad de rebaño, cuando las personas se vuelvan inmunes al virus y ya no haga más estragos, mientras no haya una vacuna o como enfrentar los señores capitalistas y sus títeres políticos y personas de pensamiento afin van a tener que esperar, no se puede hacer lo que ellos tanto añoran, hay que reinventar la realidad económica, visionar nuevas soluciones, y aprender a subsistir en estas condiciones, lo que paniquea a un capitalista es verse pobre, y sin dinero, señores tengo años siendolo y no por eso dejé de vivir, ahora es tiempo que vean como es la vida, todos tenemos derecho a defender la salud, y mientras la pandemia sea un peligro real la humanidad debe aprender a entender que antes que nada está el humano, él es el fin y el principio de todo, la economía esa tiene tiempo de sobra el humano no y sin humanos no habrá economía.
Ezequiel Méndez
Lic. en Derecho.
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